Hasta una infección vírica por semana. Así de tajantes son algunos datos relativos al aumento de enfermedades en los niños cuando van a la guardería. Esto hace que la mayoría de padres esperen con temor el inicio del curso escolar ras un periodo de vacaciones en el que, quizá ayudados por un mayor tiempo de ocio y las buenas temperaturas, los más pequeños de la casa no se ponen tanto enfermos.
La mayoría de enfermedades son comunes y aparecen y desaparecen por si mismas, con poco riesgo de complicaciones si se detectan a tiempo. El único problema cuando se trata de un virus es que, al estar junto a otros niños, es más fácil su transmisión.
Hacemos un repaso a las infecciones y enfermedades de guardería más frecuentes, analizando sus síntomas y ofreciendo unas pautas para combatirlas y calmar las preocupaciones de los padres, sobre todo los más primerizos.
Aunque cada niño tiene un sistema inmunológico diferente y en cada entorno pueden aparecer diferentes tipos de virus, lo importante es que los padres sepan ver que su hijo está empezando a incubarlo y acudir a las mejores manos médicas en cuanto vean los primeros síntomas.
1. Catarro y Faringitis aguda:
Son las dos infecciones de vías aéreas superiores más frecuentes. Los síntomas del catarro común son fiebre, mocos y congestión nasal, de carácter leve, aunque se acentúa la sensación de dificultad respiratoria en los más pequeños.
Puede disminuir el apetito y aparecen vómitos y, en el caso de la faringitis, dolor de garganta y tos asociada a secreciones.
No tienen tratamiento específico y desaparecen en cuestión de días. Se pueden usar antitérmicos para controlar la fiebre y reducir el malestar general. Sin embargo, no siempre se recomienda el uso de mucolíticos o expectorantes, pues no están exentos de efectos secundarios, siendo el médico quién valorará su conveniencia en cada caso. Asimismo, no se recomienda el uso de antitusivos, pues la tos es un mecanismo de defensa del cuerpo necesario para limpiar las secreciones de la vía aérea.
2. Infecciones de Oído:
La otitis es una inflamación del oído medio, habitualmente derivada de un cuadro infeccioso respiratorio previo, por acúmulo de secreciones mucosas. Los niños son más vulnerables a esta infección por las características particulares de sus trompas de Eustaquio, más cortas, horizontales y anchas.
Además de los mocos en las fosas nasales, los ruidos en garganta que éstos provocan y la tos, la otitis puede presentar, asociado o no a fiebre, un dolor de oídos que habitualmente es mayor cuando el niño está tumbado.
En muchos casos esta infección tiene resolución espontánea en 2-3 días con un tratamiento de gotas óticas con antiinflamatorios, que ayudarán a bajar la inflamación del tímpano y los tejidos circundantes para que el moco pueda salir. Si lo considera el pediatra, en determinados casos puede recetarse tratamiento antibiótico.
3. Conjuntivitis:
Inflamación de la conjuntiva, la membrana que envuelve el ojo por la zona esclara (parte blanca del ojo) y el párpado por dentro. Es una infección frecuente en edades tempranas que se produce por irritación, ya sea por alergia o por infección. La irritación produce rojez y el ojo aumenta la producción de lágrima como mecanismo de limpieza.
Cuando las lágrimas se sobreinfectan aparecen las legañas, lo que agrava la sensación de “arenilla”, y un dolor leve, que suele sentirse como si fuera picor.
Su tratamiento requiere generalmente menos de una semana de antibiótico en colirio, hasta que el niño amanece al menos 2 días consecutivos sin secreciones y con los ojos normales.
4. Herpangina y enfermedad “mano-pie-boca”:
Es una infección muy común en edades tempranas caracterizada por la aparición de puntitos rojos en la parte posterior de la boca, que se convierten posteriormente en pequeñas llagas o úlceras que pueden ser dolorosas. La enfermedad “mano-pie-boca” causa los mismos síntomas también en las manos y los pies. Los puntos pueden aparecer también en la zona del pañal. Ambas enfermedades están causadas por el mismo virus y pueden cursar fiebre, dolor de garganta y malestar general durante varios días antes de la aparición de los puntos en la boca.
No existe un tratamiento contra este virus, que se propaga por contacto o respiración. Los puntos y úlceras desaparecen por sí solos en 10 días. Tienen un periodo de incubación de 3 a 6 días durante el cual un niño puede contagiar a otro aun sin mostrar siquiera los primeros síntomas.
Se pueden administrar antitérmicos para aliviar la fiebre y el dolor. Es básico una buena higiene para evitar la propagación, así como mantener al niño bien hidratado.
5. Gastroenteritis:
Es bastante frecuente entre los niños de guardería y en los primeros años de escuela, si bien la más habitual es la provocada por el rotavirus, contra el que ya existe vacunación. Se manifiesta con presencia de diarrea, vómitos, fiebre, dolor abdominal, y con la presencia de sangre y mocos en muchos casos. Resulta fácil su transmisión por vía fecal-oral en los cambios de pañal o cuando los niños se limpian, por ello es necesario extremar las medidas de higiene, ya que si se tocan otros utensilios se producirá el contagio por vía digestiva.
El tratamiento pasa por una buena hidratación y una dieta astringente (el niño no debe dejar de comer), siendo recomendable el uso de antibiótico solamente en el caso de que el cuadro sintomático no mejore. Los probióticos son un aliado muy eficaz en estos casos para aumentar la flora bacteriana buena para el niño y disminuir los gérmenes más patógenos.
6. Roséola o la “sexta enfermedad”:
A la enfermedad de la Roseola o exantema súbito, también se le llama la “sexta enfermedad” porque se descubrió después de las otras cinco enfermedades exantémicas más conocidas: sarampión, escarlatina, rubéola, varicela y megaloeritema. El cuadro empieza con fiebre muy alta (puede alcanzar los 40,5 grados) unos días antes de que aparezca una erupción cutánea que comienza en el tronco y se extiende a las extremidades.
La erupción, de pequeños puntitos rosados que no pican, durará entre 3 y 7 días, durante los cuales la fiebre va disminuyendo de intensidad. El niño puede, además, tener bastante mucosidad nasal, dolor de garganta y enrojecimiento de ojos. No existe tratamiento específico y la enfermedad finaliza, por lo general, por sí sola sin complicaciones. La fiebre, aunque es alta, responde bien a los antitérmicos.
Si tu bebé está sano, tiene menos de 5 meses y llora durante más de tres horas consecutivas, durante tres o más días a la semana, por lo menos por tres semanas, es probable que se trate de cólico.
Ten en cuenta que puede llevarte un tiempo descubrir la mejor forma de calmar a tu bebé, porque lo que funciona con un niño no funciona con otro.
1. Prueba probióticos
Los estudios han demostrado que los bebés que padecen cólico tienen una microflora intestinal diferente a la de los bebés que no sufren de cólico. Los probióticos (en particular el denominado Lactobacillus reuteri) han ayudado a reducir los síntomas del cólico en algunos de estos bebés. Habla con el doctor de tu pequeño sobre esta opción y pídele recomendaciones.
2. Usa una almohada de semillas
A algunos bebés les gusta la sensación calentita sobre el estómago. Calienta la almohada en el microondas y aplícaselo sobre su barriguita apoyado sobre ti o en su cuna.
3. Dale un suave masaje
Tu bebé puede disfrutar un suave masaje o bien, puede ser que se sobrestimule con el masaje. Presta atención a su reacción.
4. Haz ruido
A los bebés les gustan los sonidos que les recuerdan el rítmico latido de tu corazón, y los ruidos que oían en tu vientre. Aquí tienes algunas estrategias que podrían lograr que tu bebé se sienta mejor:
Coloca su sillita cerca de la secadora de ropa en funcionamiento.
Mete a tu bebé en un portabebés frontal mientras tú pasas la aspiradora.
Enciende el extractor de aire de la cocina.
Otra opción son los CD que incluyen sonidos parecidos a los que tu bebé escuchaba en tu vientre o aquellos de la naturaleza como cascadas (claro que también puedes bajarlos directamente de tu ordenador o teléfono móvil).
5. ¡Silencio!
Aunque a algunos bebés les reconforta el movimiento, el ruido y la actividad, otros necesitan menos estímulos y responden mejor al silencio, la quietud y la oscuridad.
6. Muévelo
A los bebés les tranquiliza moverse suavemente, así que usa silla mecedora o vibradora o un columpio de bebé. También le puede gustar pasear por la casa metido en una mochila frontal o una cangurera. Posiblemente prefiera estar bastante alto, cerca de tu pecho y del latido de tu corazón. Da suaves rebotes arriba y abajo en esta posición, mientras mantienes a tu bebé bien agarrado.
7. Pasea en coche
Muchos padres afirman que un paseo en coche, con su movimiento, ruido y vibración, es santo remedio para el cólico. Pon a tu bebé en su asiento de coche y sal a ver si el paseo alivia a tu bebé.
8. Prueba a cambiar de ambiente
Si estás dentro, sal a dar un paseo, ya sea con tu bebé en el carro o una mochila frontal. Ver, oler y oír cosas nuevas, y el aire fresco y los movimientos rítmicos al caminar, pueden ayudarte a calmarlo y quizás se quede dormido. Por otro lado, si has estado toda la mañana fuera con tu bebé, quizás necesita un rato tranquilo en casa.
9. Prueba una posición diferente
Tu bebé puede sentirse más cómodo cuando lo cargas en los brazos, o puede que prefiera una posición que le permita estar más erguido. También es posible que le encante cuando lo acuestas boca abajo sobre tu regazo. Cuando esté molesto, trata diferentes posiciones para ver cuál es la que más le gusta.
10. Envuélvelo
Piensa en lo apretadito que estaba tu bebé en el útero antes de nacer, y te harás a la idea de lo grande que el mundo puede parecerle ahora. Envolver a un bebé apretadito en una manta ligera o una sábana, puede hacerle sentir más seguro. Si no se concentra cuando come, también puedes tratar de envolverlo. O bien, justo antes de que empiece su periodo habitual de cólico y llantos, o antes de ponerlo a dormir.
No solamente puede ayudarlo a dormirse, sino también a permanecer dormido. Algunos investigadores han descubierto que los bebés que están envueltos duermen más profundamente que los que no lo están. Esto es porque como los bebés se estremecen y menean durante el sueño, sus propios movimientos pueden despertarlos.
11. Baña a tu bebé
Un baño tibio durante un episodio de cólico puede distraerlo y relajarlo. A algunos bebés les encanta que los sostengan bajo la ducha, con un chorro suave cayendo sobre su espalda. A tu bebé le puede tranquilizar el golpear rítmico del agua, además del sonido.
12. Ofrécele un chupete
Cualquier cosa que calme a tu bebé vale la pena. Para algunos bebés, succionar es el relajante ideal.
13. Alivia los gases del estómago
Mientras que los gases no causan cólico, algunos bebés que padecen cólicos también sufren de gases porque tienden a tragar aire cuando lloran.
Puedes probar preparados de infusiones que venden en la farmacia de manzanilla, hinojo y Hierba Luisa.
14. Intenta la reflexología podal.
Estos son los movimientos que debes aplicar en su pie:Sujeta el pie derecho de tu hijo con la mano izquierda y coloca el dedo pulgar de la otra mano en el centro del talón.
Ejerciendo una presión suave, desplázalo hacia arriba, hasta llegar al centro de la planta del pie.
Empieza recorriendo el borde interno, continúa por el centro, y finaliza “caminando” por el borde externo desde el talón hasta la parte central del pie.
Repite el masaje en el pie izquierdo.
Será suficiente con cinco minutos de masaje, que puede repetirse al cabo de un rato y tantas veces como se quiera.
15. Nunca pierdas la calma.
Los bebés son muy receptivos y tus nervios le alteran y le ponen peor.
16. El tiempo es el “remedio” que nunca falla para los cólicos del lactante.
Si no responden a ninguna de estas estrategias, recuerda que hacia los cuatro meses de vida, este llanto desaparecerá, y las tardes-noches empezarán a ser más relajadas para todos.
Turrones, polvorones, mazapanes....contienen trazas de frutos secos muy alérgicas para los niños. Descubre los alérgenos navideños más comunes que pueden producir reacciones alérgicas.
Algunas cifras sobre las alergias infantiles en Navidad:
Del 3 al 8 % de los niños son alérgicos a algún alimento, una cifra que incrementa cada año según apuntan los alergólogos pediátricos. Y más cuando llegan las navidades ya que el aumento de consumo de dulces típicos de estas fechas disparan las reacciones alérgicas.
Muchos contienen ingredientes muy alérgicos como trazas de frutos secos (nueces, avellanas, piñones, almendras, pasas, castañas...), leche o huevos.
Los frutos secos, los que producen reacciones más peligrosas y persistentes
Niños menores de 3 años. Los especialistas aconsejan revisar bien la composición de los alimentos y no dar frutos secos ni alimentos que los contengan a niños menores de 3 años, ya que muchas veces prueban por primera vez los dulces de Navidad con trozos de frutos secos y manifiestan reacciones alérgicas.
A partir de esa edad Se recomienda que empiecen a incluirlos en cantidades muy pequeñas, mejor de forma triturada, y durante el día bajo observación para ver los posibles efectos, la reacción alérgica es inmediata al consumo del alimento.
Los síntomas de alergia alimentaria
Los síntomas de alergia a un alimento son inmediatos: reacciones en la piel (picor, rojez, urticaria, hinchazón), respiratorias (asma, dificultad respiratoria, edema de glotis) y digestivas (vómito, diarrea, dolor abdominal).
Ante cualquier sospecha de alergia acude a un especialista alergólogo pediátrico para que le realice un estudio alérgico completo. Para descartar o diagnosticar la alergia se puede realizar una prueba, siempre bajo supervisión médica, de test de provocación con el alimento sospechoso. En caso de que se diagnostique alergia a un alimento el único tratamiento es la restricción estricta de este en la dieta. Habrá que extremar las precauciones al salir a comer fuera de casa y al comprar productos y hacer recetas especiales sin huevo, leche ni frutos secos.
¿Qué tan importante es usar hilo dental? Según la Academia de Odontología General (AGD, por sus siglas en inglés), usar hilo dental es el arma más efectiva contra la placa.
El hilo dental remueve la placa y los residuos que provocan enfermedades en los dientes y encías entre los dientes, pule la superficie de los dientes y controla el mal aliento. Al usar hilo dental a diario, aumenta la posibilidad de mantener sus dientes toda la vida y disminuye la probabilidad de padecer enfermedad en las encías.
La mayoría de las personas dicen que la falta de tiempo es una razón para no usar hilo dental. Sin embargo, la AGD indica que usar hilo dental dos o tres veces por semana tiene sus beneficios y es mucho mejor a no usarlo en absoluto.
Ya sea encerado, sin cera, saborizado o sin sabor, ancho o de tamaño regular, los hilos dentales de cualquier tipo ayudan a limpiar y eliminar la placa. Aquí presentamos algunos consejos sobre las características de los distintos tipos de hilo dental:
El tipo de hilo dental que utilice depende de su boca, de las preferencias personales y de las recomendaciones del dentista.
No sustituya los palillos dentales por cepillarse o usar hilo dental. A diferencia de usar hilo dental, los palillos dentales no eliminan la placa. Son efectivos para las personas que tienen correctores dentales, los cuales pueden retener los alimentos en áreas a las cuales el cepillo de dientes no puede llegar.
Repita esta técnica en todos sus dientes, incluso los de atrás.
Las setas son los frutos por excelencia del otoño. Por este motivo es útil descubrir un poco más sobre sus propiedades, virtudes, y beneficios más importantes, puesto que podemos encontrarlas en el monte o en el campo, y su preparación puede ser realmente simple y sencilla.
Eso sí, como es obvio suponer, debemos ser expertos en ellas, o al menos descubrir cuáles se pueden comer y cuáles no, puesto que consumir algunas que sean venenosas o tóxicas puede resultar sumamente peligroso para nuestra salud.
En estos casos lo mejor es no arriesgarnos, acudir a un hipermercado y comprar unas deliciosas setas comestibles. De esta forma, por un lado seguiremos disfrutando de sus beneficios nutricionales, y por otro no correremos riesgos.
Las setas destacan porque poseen gran cantidad de beneficios, desde el punto de vista nutricional.
Como sabemos, las setas son el resultado del crecimiento de un hongo; seres vivos que se sitúan entre el reino vegetal y el animal, pero que se diferencian de las plantas superiores en que no tienen clorofila.
Destacan por su riqueza en proteínas de alto valor biológico, y porque poseen una importante proporción de sales minerales, entre los que podemos reseñar el fósforo, hierro y potasio, siendo bajas en sodio.
Son una fuente excelente de oligoelementos, al destacar el cloro, azufre, boro, manganeso y cinc.
Debido a ese alto porcentaje proteico, las setas tienen una digestión muy parecida a la carne, por lo que, para ayudar a que la digestión no sea pesada, se recomienda que sean consumidas con ensaladas, a ser posible sólo de hortalizas crudas.
Esto es posible gracias a la abundante proporción de agua y la celulosa o fibra de las hortalizas, algo que ayuda a neutralizar el resultado acidificante de las setas.
Estimulan además la actividad tanto cerebral como nerviosa, y son ideales para casos de anemia, o en dietas de adelgazamiento.
Afronta tu regreso al trabajo con optimismo y tómate tu tiempo para adaptarte de nuevo al entorno laboral.
El desánimo, la desgana y una sensación de cansancio constante son síntomas claros de que se padece el síndrome de la depresión post-vacacional.
El síndrome de la depresión post-vacacional, ese periodo de desdicha y desánimo por el que pasan los trabajadores al regresar a sus puestos de trabajo después de las vacaciones. Aunque padecerlo es hasta cierto punto normal, es importante saber cómo afrontar la vuelta al trabajo con optimismo para que dure lo menos posible.
Te proponemos una serie de consejos para poder superar la depresión post-vacacional cuánto antes.
1. ¿Qué es?
La depresión post-vacacional es un síndrome que experimenta mucha gente al finalizar sus vacaciones y reincorporarse a sus puestos de trabajo. Aunque los psicólogos y psiquiatras no se ponen de acuerdo acerca de si debe considerarse como tal, se trata de un síndrome que suele presentar unos síntomas muy parecidos a los de una depresión clínica: sensación de apatía, desánimo, irritabilidad, dificultad para relacionarse con los demás, insomnio, etc. En casos graves puede llegar a provocar estados de ansiedad, trastornos digestivos y taquicardias.
2. ¿Por qué se produce?
El principal causante de la depresión post-vacacional es la vuelta al trabajo después de un prolongado periodo de vacaciones, aunque el cambio en los horarios y la modificación de las horas de sueño contribuyen también. Los días de ocio y disfrute dan paso a las largas jornadas laborales y a las responsabilidades, por lo que es lógico y normal que una persona se sienta un poco desanimada. El verdadero problema surge cuando esa sensación de desánimo generalizado se prolonga demasiado en el tiempo, por norma general durante más de dos semanas.
3. Tómate el primer día con filosofía,
de nada te servirá lamentarte y amargarte sin sentido. En lugar de pensar en lo bien que te lo pasaste en vacaciones y lo duro y triste que resulta estar de vuelta en el trabajo tómate tu primer día de trabajo como una jornada laboral más. Así conseguirás quitarle dramatismo al asunto. Por otra parte, no olvides que la vuelta al trabajo no sólo supone una vuelta a las responsabilidades y a las exigencias, sino que también es un reencuentro con los compañeros y amigos. Pregúntales acerca de sus vacaciones y cuéntales cómo te ha ido a ti en las tuyas. Te sentirás mucho mejor y estrecharás lazos con ellos.
4. Poco a poco.
No esperes llegar al trabajo y empezar a trabajar a destajo desde el primer momento, tómate tu tiempo para ponerte al día con lo que dejaste pendiente antes de irte de vacaciones y de lo que ha ocurrido mientras estabas fuera. Hecho esto organízate, márcate una línea de trabajo y unos objetivos a conseguir en tu primera semana de trabajo. Verás que, poco a poco, irás recuperando el ritmo de trabajo al que estabas acostumbrado antes de irte de vacaciones. Si aún así ves que te cuesta un poco acostumbrarte otra vez al trabajo, no desesperes, no eres el único que está pasando por esta situación. Cuando te quieras dar cuenta ya no sentirás esa sensación de desasosiego cada vez que tengas que ir a trabajar.
5. Márcate nuevos objetivos e ilusiones.
Volver al trabajo y caer en la desdicha de que aún te quedan muchos meses para las próximas vacaciones es un error que sólo hará que te deprimas aún más. Piensa que puedes aprovechar los fines de semana, que el calendario laboral está poblado de días festivos y que puede que incluso te quede algún que otro día libre por disfrutar. Márcate proyectos y metas que alcanzar a través del trabajo, harán que acudas a tu puesto de trabajo con la ilusión propia de quien persigue un sueño.
6. Intenta mejorar las cosas en el trabajo.
Un jefe despótico, un compañero al que no soportas, una silla sobre la que sentarse que te destroza la espalda, etc. Aún si uno tiene la inmensa suerte de estar enamorado de su trabajo siempre habrá cosas que no sean de su agrado. Si este es tu caso ponte manos a la obra para cambiar aquello que no te gusta. Nadie te garantiza que lo vayas a conseguir, pero por lo menos te quedará la satisfacción de haberlo intentado. Establece flujos de comunicación más fluidos, haz que tu punto de vista sea escuchado y tenido en cuenta, si algo no te parece bien hazlo saber. Te sentirás mucho más implicado en tu trabajo, y ello hará que la vuelta al mismo no se haga tan costosa.
7. ¡El día tiene muchas horas!
Has de comprender que el día tiene 24 horas, y que tu trabajo sólo te ocupa una tercera parte del mismo. Así que cuando hayas terminado tu jornada laboral, dedica el resto del día a practicar actividades que son de tu agrado o para estar con los amigos o con la familia. Es necesario cumplir con las responsabilidades, pero también lo es satisfacer las necesidades de ocio y descanso. Si tienes esto en cuenta a lo largo de los primeros días después de tu vuelta al trabajo conseguirás que ésta se haga mucho más llevadera. También es importante que sepas no llevarte el trabajo a casa. Pasarte la tarde agobiado por lo que te espera en el trabajo al día siguiente es igualmente inútil y estresante.
8. ¿Has pensado en practicar deporte?
Está demostrado: practicar deporte de manera regular no sólo es bueno para la salud sino que también contribuye a combatir el estrés. Saliendo a correr en tus ratos libres o apuntándote a un gimnasio conseguirás romper con la monotonía que puedas experimentar en tu trabajo y ganarás en salud y energía. No cabe duda, el deporte es uno de tus mejores aliados para combatir la depresión post-vacacional.
9. ¿Qué es para ti el trabajo?
Mucha gente no se da cuenta de la verdadera importancia del trabajo. Es una manera de realizarse personalmente, una forma de prestar un servicio útil a la sociedad a la que se pertenece y un proceso en el que nunca se deja de aprender. Si uno es capaz de comprender esto dejará de contemplar la vuelta al trabajo como una obligación. Por otra parte, también es importante darse cuenta de que la vida no sólo es trabajar, es más, el trabajo, en el fondo, no es más que un medio para ganarse la vida. No estás ‘atado’ a tu trabajo, no eres un esclavo del mismo, trabajas para poder vivir y para, además de otras cosas, poder pagarte las vacaciones que acabas de disfrutar.
10. Adopta una mentalidad positiva.
Éste puede que sea el paso más importante de todos. Acepta la realidad, acepta el hecho de que ya has tenido tu tiempo para descansar y de que ahora toca trabajar. Piensa en que hay muchas personas que no tienen la suerte de tener un puesto de trabajo esperándoles a la vuelta de las vacaciones. Afronta las responsabilidades e intenta realizarte personalmente haciendo tu trabajo lo mejor posible, y hazlo todo con una sonrisa. Sonriendo no sólo serás feliz, sino que además harás más felices a los que te rodean y crearás un mejor ambiente de trabajo.
Al menos para los niños sí existe el "síndrome postvacacional". Pueden presentar cansancio, apatía, ansiedad, irritabilidad y falta de atención. Uno de los momentos más difíciles es la vuelta a los madrugones, ya que los ritmos de vigilia y sueño necesitan un periodo de ajuste a las nuevas rutinas. Por ello, es importante anticiparnos una semana o diez días antes del comienzo de las clases adaptando los ritmos al nuevo horario, adelantando cada tres días todas las acciones (levantarse, desayunar, comer, acostarse, etc.), para realizar una adaptación progresiva.
Pensando en todo ello, aquí os dejamos un decálogo para ayudar a vuestros hijos en ese proceso de adaptación:
Adaptarse de forma progresiva al horario escolar una o dos semanas antes del inicio del curso; establecer la hora de irse a dormir y de levantarse, porque de esta forma evitaremos que vayan cansados el primer día de clase.
Cumplir los horarios incluso los fines de semana.
Aprovechar las vacaciones para instaurar un hábito tan saludable como es el desayuno en familia, con tiempo suficiente, fomentando el diálogo y compuesto por lácteos, cereales y fruta. Un desayuno adecuado contribuye a mejorar el rendimiento físico y mental.
Instaurar hábitos de higiene: lavar los dientes 3 veces al día, revisar liendres y piojos, ducharse y asearse, lavarse las manos antes de comer…
Preparar con ellos el material escolar, comprar los libros, forrarlos, preparar el uniforme o la ropa escolar, la mochila…
Ayudarles con el repaso de los deberes, siempre reforzándoles y elogiándoles en sus logros.
Hablarles de las cosas positivas que implica el inicio del nuevo curso, como encontrarse con sus amigos, conocer niños nuevos, aprender cosas, excursiones…
Escucharles, responder a sus preguntas, inquietudes y miedos. Darles confianza y apoyo. Para ellos es un reto y una nueva situación a la que tienen que enfrentarse.
Podemos realizar por las tardes actividades físicas, en vez de que estén viendo la televisión o jugando en el ordenador, como ir al parque, montar en bici, patinar… De esta forma liberan el estrés y eliminan de sus mentes las preocupaciones y miedos.
Acompañarles el primer día de colegio, siempre haciendo el momento de la separación nada traumático y corto en el tiempo. Es importante también el recogerles, siendo puntuales y mostrándonos alegres, interesándonos por todo lo que nos cuentan.
Nunca trasmitirles nuestra ansiedad, miedos y pereza a la hora de tener que volver a nuestros respectivos trabajos.
Y en todo este proceso, no nos olvidemos de que padres tranquilos implica niños felices. ☺
La otitis no es grave pero sí bastante dolorosa. Existe la otitis media, muy común en los niños ya que la mucosidad de los catarros alcanza el oído y produce la infección, y la otitis externa, denominada otitis del nadador y también llamada veraniega. La otitis del nadador no es grave pero sí bastante dolorosa. La otitis del nadador es una infección de la piel que implica al conducto auditivo externo. Se origina por cambios en el pH de la piel, derivados de una humedad excesiva, que dan lugar a la alteración de bacterias y hongos que habitan en esta área del oído.
Las personas que están bajo un mayor riesgo de sufrir otitis externa son aquellas que pasan más horas en el medio acuático y quienes padecen trastornos en los que la piel puede resultar más frágil como en el caso de los diabéticos.
Cómo prevenir la otitis externa entre las recomendaciones que ayudan a prevenir este trastorno:
Uso de alcohol boricado: la aplicación de alcohol boricado (alcohol más ácido bórico), que preparan en la farmacia, puede ayudar a secar la piel del oído si se ha pasado mucho tiempo en el agua durante el día y previene las infecciones si se emplea de forma habitual. Sin embargo, no puede emplearse a diario de forma frecuente ya que puede irritar la piel.
Cuidado al limpiar los oídos: hay que secar con cuidado y no forzar ya que la cera actúa como protección. Alrededor del conducto auditivo existe una fina película de cera protectora que si se elimina puede favorecer el desarrollo de las infecciones.
Hay que secar muy bien pero sin meter nada dentro para evitar que se puedan producir pequeñas heridas.
Evitar bañarse en aguas que puedan estar contaminadas: además de las horas de exposición al agua, los microorganismos presentes en las aguas estancas o las piscinas no acondicionadas pueden favorecer las infecciones. Las sustancias suspendidas en zonas donde existen formaciones de coral pueden favorecer el trastorno en los buceadores, en los que la otitis externa es más común.
Agua en el oído: si tras bañarnos en el mar o la piscina se queda de forma habitual agua en el oído hay que acudir al especialista porque puede existir un tapón de cera que haya que eliminar. Si no se acude al médico esta presencia habitual de agua en el oído puede promover la infección.
En verano es cuando más utilizamos nuestro aparato de aire acondicionado, sin embargo, debemos seguir algunas medidas de precaución para evitar que dañe nuestra salud.
LO QUE DEBES SABER... |
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No existe, de momento, una cura milagrosa para la resaca, pero si tomas nota de estos diez consejos y remedios naturales, podrás aliviar sus síntomas:
El hongo Candida albicans forma parte de la flora microbiana vaginal normal, pero en determinadas ocasiones, su crecimiento anormal produce una vulvo-vaginitis, realmente molesta e incómoda para la mujer.
Los síntomas de la candidiasis vaginal son: irritación y picor vulvar, cambio del aspecto del flujo (opaco, blanquecino y con agregados adherentes), mal olor, ardor, y molestia al orinar y durante el coito.
Es una infección de transmisión sexual, pero la causa principal es la alteración de la flora vaginal, producido por un cambio hormonal (embarazo, menopausia), la toma de antibióticos, que elimina parte de la flora normal, uso de jabones inadecuados que alteran el pH natural, lavados vaginales, diabetes mellitus, estrés o toma de corticoides.
Consejos para el cuidado personal en caso de infección vaginal:
- Mantener la zona seca.
-No usar tampones mientras permanezca el problema, o durante el tratamiento.
- Evitar las duchas vaginales.
- Para la higiene intima utilizar un jabón específico, con un pH adecuado para esa zona (entre 3.5 y 5.5) que ayude a restablecer la barrera ácida que aporta una protección natural contra las infecciones fúngicas. Este tipo de jabones los podrás encontrar en la farmacia.
- Usar ropa interior de algodón y si es necesario, compresas de algodón.
- Evitar las prendas ajustadas, favoreciendo al máximo la aireación de la zona.
- Usar preservativo durante el coito.
- Limpiarse siempre de delante hacia atrás después de ir al baño.
- No abusar de la higiene íntima.
- Disminuir el consumo de azúcares en la dieta.
- Debido a que la candidiasis se produce por un desequilibrio de la flora vaginal, es muy recomendable el uso de probióticos, que restauren la flora alterada y contrarresten el crecimiento del hongo patógeno de forma descontrolada.
En la farmacia puedes encontrar lactobacillus en forma de óvulos para la aplicación vaginal o en comprimidos para la administración oral.
Los lactobacillus producen ácido láctico que restablece el pH fisiológico de la vagina y los mecanismos de defensa naturales, con lo que se inhibe el crecimiento de microorganismos patógenos.
- Reducir o evitar el alcohol. El alcohol se convierte en azúcar y ayuda al desarrollo de la Cándida.
- Se debe tomar leche o comer yogur que contenga bacteria acidófila. El acidófilo es una bacteria "amistosa" que ayuda a mantener el cuerpo en equilibrio.
En verano, dadas las altas temperaturas, los problemas cardiovasculares se agravan, básicamente las personas padecen los denominados golpes de calor sofocones y desmayos. Por eso, es recomendable que en esta temporada los alimentos sean ligeros y frescos, pero que también contengan las vitaminas y nutrientes necesarios para el organismo.
Ahora bien, una excelente opción para mantenerse adecuadamente durante esta temporada, es la ingesta de frutas, las que incluso brindan la oportunidad de hacer un descanso para recargar energías.
Además es un inteligente pretexto para hacer un alto a las comidas rápidas y desintoxicarse un poco consumiendo la amplia diversidad de frutas que hay en el mercado.
Los expertos en nutrición recomiendan el consumo diario de frutas, porque son muy ricas en vitaminas, minerales y fibras, manteniendo el organismo en perfectas condiciones de salud.
A continuación, las ventajas de consumir frutas en verano:
Las frutas son muy buenas, y no existe excusa para dejar de consumirlas.
Cuando volvemos de la piscina, la playa o la montaña, es posible que notemos nuestra piel más seca de lo habitual. Esto sin duda es efecto de la radiación solar y para reparar ese daño causado, es importante que rehidratemos nuestra piel con un buen aftersun. Un producto imprescindible, que no puede faltarnos en estos días que pasamos más tiempo bajo el sol.
¿Qué es el aftersun?
Es un producto cosmético ideado para rehidratar la piel y aliviar los efectos producidos por una exposición excesiva al sol. Su función es muy importante, ya que contribuye a restablecer el equilibrio hidrolipídico de la epidermis, manteniendo el nivel de humedad de la piel.
Nuestra piel contiene un alto porcentaje de agua repartida en diferentes capas y esta se va perdiendo debido al efecto de la radiación solar. Para evitar esta deshidratación es muy importante restituir el agua perdida, aplicándonos el aftersun.
¿Cuándo debemos usarlo?
Normalmente nos aplicarnos el aftersun sólo cuando nos hemos quemado, pero eso es un error. A pesar de que en la piel no se aprecien irritaciones o quemaduras, si esta ha adquirido un tono moreno o bronceado, es señal de que ya se ha sufrido una agresión y por lo tanto es necesario reparar ese daño con el aftersun.
¿Qué beneficios nos aporta?
• Reduce el enrojecimiento de la piel
• Hidrata, aportando agua a las capas superficiales y más profundas de la piel
• Aporta nutrición y suavidad para evitar que la piel se descame, se pele y que aparezcan arrugas
• Previene el envejecimiento prematuro de la piel
• Aporta frescor, calmando la sensación de calor y tirantez
• Contribuye a conseguir un bronceado más duradero
Como vemos, el aftersun es un elemento imprescindible que no puede faltar en nuestro kit de protección solar para este verano.
El gazpacho es una de las recetas que más apetecen cuando aprieta el calor del verano. Además de estar delicioso, aportarnos un montón de vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra, el gazpacho ayuda a cuidar nuestra salud y nuestra línea.
El gazpacho andaluz es uno de los grandes símbolos de la dieta mediterránea y uno de los platos más internacionales de la gastronomía española. Es una receta muy propia de nuestra cultura y también una de las recetas más versionadas, tanto que en cada casa puede haber una receta propia y esta siempre será “la mejor de todas”.
Ya sabemos que el gazpacho no es más que una sopa fría de tomate a la que se le añaden diferentes verduras (normalmente pimiento, ajo, pepino y cebolla) y que se aliña con aceite, vinagre y sal.
Las variedades de gazpacho pueden ser realmente sorprendentes e incluso se pueden hacer gazpachos con otras verduras o frutas que no sean el tomate además de acompañarlo con diversas guarniciones.
Principales propiedades del Gazpacho
Muchas personas tienen la tripa hinchada, eructan, tienen aires, pesadez después de comer, náuseas e incluso ardor.
Es frecuente que todas estas molestias las tenga porque se le acumulan gases en el intestino debido a que traga aire sin darse cuenta: por comer deprisa, no masticar bien las comidas, a veces simplemente por estar estresado o con ansiedad. O también porque introduce gas con las bebidas. En otras ocasiones, no hay una causa clara. En cualquier caso, no debe preocuparse, aunque es molesto, no es grave.
¿Qué puede hacer?
La mayoría de las veces su médico no le propondrá realizar ninguna prueba. Lo que tiene es benigno y seguramente le va a aparecer y desaparecer muchas veces a lo largo de su vida. Suele durar años.
Si sigue las siguientes normas, se encontrará mejor y podrá hacer una vida normal:
– Evite los alimentos que le sientan mal.
– Evite también las comidas abundantes, los picantes y las salsas.
– Haga comidas menos abundantes. Coma sentado, despacio y mastique bien los alimentos.
– Beba poca cantidad de líquido durante las comidas, siempre sin gas.
– Evite chupar caramelos y masticar chicle.
– No fume, se encontrará mejor.
– No hable acaloradamente mientras come.
– Evite el café y el alcohol, se sentirá mejor.
– Procure evitar las situaciones de estrés.
SI TIENE MUCHOS GASES
Disminuya o evite las legumbres, el arroz, los guisantes, las habas, la coliflor, la col, el repollo, los rábanos, las cebollas, las acelgas, las patatas y las sopas.
Tome la fruta madura y sin piel. Puede tomar zumos pero sin gas.
Reduzca el azúcar y evite los alimentos dulces y de pastelería.
Cocine la carne y el pescado a la plancha, asado o cocido. Evite freírlo y rebozarlo.
No tome más de 1 vaso de leche al día. Puede tomar yogur.
Si tiene ardor, es más frecuente que aparezca al tumbarse o cuando se inclina hacia delante. Evite acostarse o tumbarse en las 2 o 3 horas siguientes a las comidas.
No tome medicamentos por su cuenta. Siga bien las instrucciones de su médico si le ha recomendado medicación.
¿Cuándo consultar a su médico de familia?
Si las molestias empiezan cuando usted tiene más de 55 años.
Si las molestias que tiene son frecuentes y no desaparecen.
Si tiene pérdida de peso, vómitos, dolor al tragar los alimentos o dolor de estómago intenso.
Si presenta heces negras (como el alquitrán).
Si se nota un bulto en el abdomen y persiste durante todo el día.
Si alguna medicación que le han dado le produce molestias.